Una parte de mí se fue hace mucho tiempo que siento un vacío amargo y persistente que no puedo subsanar.
Tengo miedo de no volver nunca más. No estoy volviendo, no me encuentro en ningún lado y es que yo ya no soy yo. Estoy muerta y el resto que queda se pudre por dentro a pesar de aparentarme intacta.
Otra fracción mía de tantas va muriendo, desintegrándose paulatinamente en tanto la agonía perdura.
Yo no sé cómo pasó, pero sí cuándo. Mayo volvé porque preciso volver.
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